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Mostrando las entradas de 2005

Exordio

Sugestivo y premeditado inicio, intermitentes luces alumbraron el puñado de flores en el corazón. Curaron oscuros amarillos para herir en rojos, esos que encendían y apagaban los candiles, fuegos íntimos de un mañana sin llegar. Vetadas las flamas por el viento oculto, de tu aliento las palabras. Sacrilegio! Exordio dispuesto, trampa tu boca disparó... Las flores hoy sangran.

sencillamente

su piel blanqueada, casi transparente de miedos / escepticismos que la ribera le deja por cada vez que amó// el silendio anesteciaba la tarde en vientos que solo acarician/ mientras por dentro se desgarraba en imagenes vacias tiritantes ante semejante estar/ ¿que te hubiera gustado más? ¿que las sombras se tiraran al agua? ¿que la verdad fuera mentira? ¿que la noche durara los días? deshechos de lo que fuimos que unimos a destiempo las hilachas antes sueños/ antes deseo la mierda nos rodea/ congela bailamos en la quietud ante el amo que ríe y nos escupe los cuerpos que perdimos mi voz busca los ojos que me llevan a vos/ me acercan a lo que aun no soy

Ultimo

Desmedradas ilusiones, ocaso que transporta la palma de mi mano, un cráneo rendido de mandìbulas rientes. Una rodaja de hueso, magro y muerto. Y el meridiano penetrante de aureolas se desvanece en la proa, lado alado y frígido que bambolea mi andar. Ya perdió hasta su aroma pestilente, antes perfumado su rostro, mis dedos en los ojos desorbitan. En la palma de mi mano reúno tierra, un hoyo, un lugar cerca del río. Rodilla de árbol en raíz, uñas negras en húmedo masaje, perjuro susurrando que no le hablaré porque él calla, mi sueño, en mi cráneo, el que entierro a los pies de mis raíces, a la sombra del árbol del río que ríe como la mandíbula sepulta.
Si toda esta soledad hablara, escribirìa mil poemas con su sola palabra.

ella y el minotauro

le duele el cuerpo cuando golpea con el puño en el vacío luego viene una mezcla de goce y cansancio/ orgasmitos programados y sudor repetido/ en estos días de placeres solitarios ahuyenta esas manos de su cintura y engaña sus labios mordiendo manzanas se siente tan pobre de ojos de abrazos que busca los añicos que le trazaron laberintos a babor a estribor el pecho, la espalda olvidando en su centro al monstruo que sobrevive en la espera de un hombre joven y hermoso que justifique el encierro

Soles en negro.

Sol surgido de lo oscuro, luz cohartada, caudales en aguas profundas, fulgor renaciente de ave, remontadas alas, sueños, ojos en palabras del silencio. Soles solos aparecen, es atardecer en una tierra, amanece en otra. Y los soles diferentes, son uno, una sola luz inundando sombras a traves de distancias inexistentes.

Los Jorobaditos

esta espalda en que cargo la espera el amor los días la anestesia el hijo los caminos la sed el terror los lunares la miel el ardor los soles las historias que en esta espalda cargo las vértebras de dudas que me tienen erguida aunque tome mis piernas y esconda mi rostro y arrastre por el suelo toda esta tibia suerte camino una ciudad que escupe en el asfalto camellos similares cuando los miro me encuentro con pedacitos de hombre

Mar II

Enramado en las crestas, el ojo del sol susurra sonidos blancos. Y en la línea lejana diviso un nombre nadando en ondas furiosas, al principio lejanas, llegando suaves a acariciar mis pies sedientos. Tirita el alma con su roce, y entonces tu brazo invisible me atrapa, dedos salados peinan mi pelo. Exhalas aliento en mis oídos, tu llanto salpica mi boca. Beso que siento, y respiro. Otra vez. Te beso y respiro mientras me sumerjo en tu pecho.

Luna Errante

Aquella hondonada traslucida en brillos tornó en presencias extrañas mi deseo, el tuyo. Cuando las luces encendieron el abismo aquellas manos obtuvieron las mías, y me sostuvieron por un rato. Cuánto más las transparentes alas de luz sostendrán este corazón mío?. Tus pupilas dilatadas, tu rostro mudo, callado, y la sustancia de los silencios, como siempre, gritando en mi alma. Quizás los colores de la luna se fueron tras aquella mañana errante en que decidimos ser uno. Ciertamente aquella que fui, aquel que eras se fue errante con la luna ese día... Atrapando el haz de luz atrapé mi condena iluminada por amor. Hondonada pura en donde cae el alma. Y tu alma? Vagará errante como la luna de aquella mañana... Y en tu mirada el sol. Y en tu voz esa distancia del que escucha los silencios en mi voz. Luz en aquel banco de plaza del que no queríamos partir, y sin embargo partimos. Paradoja de un destino errante tras aquella luna que en abril se perdió, perdiéndose dentro del mar de mi ir

El reino de los juegos

el juego en que andamos nos deja de cabeza si saltamos la soga nos raspa las rodillas si ansiamos llegar nos enreda el pelo al danzar en el desierto obliga a compartir escondite y mata de hipotermia si nos acercamos demasiado nos sobran chichones, raspaduras y estalactitas nos sobran/ y sin embargo siempre cabe uno más entretanto repetimos nuestro rezo: dichosos los abollados porque de ellos es el reino de los juegos

Pequeñas puertas

Cae la noche en los suburbios, el regazo de los árboles cobija pájaros azules en lo profundo, hojas anidadas en la memoria de tu esquina. Levantaran vuelo al atardecer? Ya no amanece en esta calle, la penumbra oculta huellas lejanas se confunden con el crujir de hojas pálidas como en la boca de un lobo el aliento sin saber de dónde camino a tientas, la piel se puebla de ojos. Las hojas o mis manos tiemblan blancas en el viento de una estepa de edificios viejos y callejones con pequeñas puertas, Mentiras. Los muros son mas altos que mis piernas la puerta más pequeña que mi miedo qué esperar? mientras los pájaros duermen despierto en cascarones de pared derruida siento los dedos del que trepa, siento el respirar de bocas extrañas en tu boca cerrada como la pequeña puerta esquina de hojas meciendo nidos. Gritan bajo mis pies ladrillos, es tan alta la estatura! Los pájaros son cielos que anidan en árboles, muros en la piel arrugada del alma, es esta cáscara que me aisla, enmudece, sube y

Desde el bosque

Desde el bosque de alerces escribo murmullos de hojas enramadas en harenes de frutos, Cascadas de días sobre el cuerpo del arroyo, que no se detiene y sigue brillando en su cauce. Reencontrarse con la noche de luna, extendida en porcelanas, sumariada por los ojos extintos de un tiempo que yace tendido en lechos de arroz. Desde allí, intensos sabores, húmedos... surcan labios de fuego, horizonte de sol abrazado al pecho de la tierra, entre niebla plateada define su adiós en rotaciones casi imperceptibles, luz de nube. Y así te alejas dejando un camino de pequeñas estrellas flotando, rodean imaginarios pilares, cosquillas sobre el alma que ha mordido la lengua del atardecer. Cobija mi memoria la sonrisa de esta luna, escribo en frutos, intensos sabores húmedos cerrando los ojos al sueño, dueño de mi luna, de mi noche, del deseo junto al bosque de alerces mecidos entre aireados diamantes tras la estela de dulce aroma que dejas... cuando te marchas, dulce despedida destinada al encu

Continuo

Viajando a alguna parte/ lejos de aquí se llevan tu cuerpo los fantasmas que lo pueblan me miran/ escondidos en tus ojos uñas /dientes indagan en mis deseos y buscan habitar estos dedos/ que buscan/ escribir sobre vos/ ¿que buscás mis dedosojosdeseoscuerpo/ dónde?

Lugares

Corro por el paisaje que los árboles tornan oscuro parece que el tiempo se detuviera en la sombra y mis pasos son inútiles la esquina se aleja... ¿y si, al costado de la calle, sólo quedaran astillas de mis huesos como indicios de la ausencia de tu cuerpo que otro tiempo deshizo en polvo? ¿y si buscarte sólo fuera torpe oficio, en que del pasado no se aprende como no sea con viscerales heridas? ¿y si encontrarte fuera aquí? ¿si vos fueras en este instante donde te pienso y -donde- sin merecerlo, me retiene el tiempo en esta sombra? ¿cómo decir amor, y negar que en la profundidad de tu abrazo sería imposible volver a aquella esquina? Pero en tu nombre, en el lugar donde decís tu nombre instalás el cuerpo ajeno, el tiempo que me es vedado por los fantasmas que vigilan /tibios, miedosos/ la realidad

si bajo la escalera...

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Debo volver a casa y desarrollar un cuestionario sobre un tal Pomponazzi, un renacentista con un apellido indeseable. Polemizó con Pico de la Mirándola y con Marsilio Ficino. Su debate, sin duda, les habrá parecido excitante y en cada respuesta fingieron enojo –bastante pertinente en un debate renacentista–: ¡ah este Pico que bribón agudo! ¡Pomponazzi, por Júpiter, me volverás loco con esta argumentación desmañada! ¡Dije Cábala, no cubala mantuano estúpido! después harían el amor con más ganas y con una pizca de perversidad. Tengo que resolver un cuestionario sobre ciertas frases que Pomponazzi dedicó a la platea, me tiene sin cuidado. Lo mismo haría este trabajo que una monografía sobre muebles empotrados o crianza de caracoles. Esta clase no da para más, sólo quedan algunos minutos, y después un cuarto de hora en carro hacia un almuerzo caliente como un beso.

aristú después del desayuno ii

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El profesor M. habla sobre las aporías, algunos sonríen cuando traduce aporía como ‘estar-en-un-callejón-sin-salida’. No entiendo sus risas, a mí me parece algo triste que aporía signifique eso, a mí me suena a una pequeña verdura dulce. Algunos de estos sujetos que me rodean leen muchos libros, y tienen bibliotecas personales nutridas. Supongo que en este grupo existen quienes han entendido algo del murmullo y a la larga lo incorporarán a su discurso. Sin embargo ¿quién quiere escuchar lo que dicen? Al menos yo, no. Hace mucho tiempo que he dejado de asistir –a menos que me vea obligado por amistad o conveniencia, ambas por lo general– a conferencias, simposios, mesas redondas, talleres, círculos, exposiciones, conversatorios, clases magistrales, y un coludo etcétera. Yo siento que en todas ellas los expositores hablan como los padres de Charlie Brown ¿recuerdan a los padres de Charlie Brown? Hablaban así: BUYYTUYHJLJO BOBNOBBOYBNPO. Pese a mis denuestos (aparentes, sólo aparentes) m

aristú después del desayuno

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Creo que son las 10 y algo de la mañana, se supone que estoy dando un examen sobre Aristóteles y yo no recuerdo nada. Prefiero escribir sobre lo se me antoje, así lo había decidido antes de saber que hoy me tomaban un examen. Como es un examen de recuperación sólo fingimos estar atareados en él, un pequeño grupo, el resto escucha con atención (o finge también) una de las exposiciones programadas. Ahora habla un tipo joven, pelo largo y sucio, tiene tres collares concéntricos en el cuello, el más grande con púas y se pregunta sobre las aporías expuestas por Aristóteles en el libro III de la Metafísica. Parece tener la intención de elevar la voz para ser distinto al expositor que lo precedió –uno que producía pena oírlo balbucear en su lucha por hacerse escuchar por encima de una cortadora de césped que se ocupaba de una labor útil en el jardín de la facultad de electrónica–. Alguna vez cuando llegamos al inevitable tema del sentido de la filosofía, el urgente por qué de estar nadando en

¿por qué tantas palabras?

Ciprés enclavado en la altura, tu fortaleza suave ciñe el viento cuando la tormenta en llamas arrecia tu tronco fraguado torna en figuras del tiempo protectoras al infierno tan temido por tus ramas. Tan elevada es tu estatura, mis brazos no alcanzan tu rodeo, los pies se deslizan, resbalan tierra y polvo, musgo y liquen, en caída hasta tu pedestal rabioso en raíces cincelado. Y allí quedo hospedada, de barro mi cuerpo tullido, enroscado en un puente roto que ruborizado escapa de tu sombra. Ciprés... tus hojas, relojes del aire, crepitan sagradas un canto. Mis dedos no llegan a la rugosa piel de savia, no te tocan, no señalan... Árbol de cima en nubes, no te alcanza mi corazón de agua.

novela corta - cap. IV - me perdí

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Jugando a la máquina del tiempo pensaste caminando en la cima de la huaca de San Marcos que Lima es como un mar de luces y pedías el vino de tres soles que compramos con el resto de tipos que hablaban a mí alrededor y se regalaban empujones risitas cínicas porque a dos de ellos 10 minutos antes Sandra se las había chupado en el jardín de letras recuerda casi al mismo tiempo yo estaba seguro de haber escuchado esas historias antes pero todo era tan igual pensaste si al final se ve a Lima como un charco de luces. Bajamos de la huaca encontrando huesos que recogíamos y tirábamos nuevamente -un cráneo no hay un cráneo eso seria un premio hamlecito control de lectura cráneo en ser y no ser siendo pensaste- clavé una cuchara de plástico en la tierra y dije muy alto: a ver si esto lo pueden incluir en el corpus de alguna de sus teorías del intermedio temprano: risas a granel como el arroz los fideos o el azúcar, bajamos corriendo y Las Silbadoras se marearon. Un guardián grito algo que ser pe

no me gustan los bustos

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A veces aparece caminando torpemente uno de esos poetas vagabundos, seres desdichados y sin patria. Sólo harapos y apetitos carnales mal disimulados. Se sientan en medio de la plaza y cuentan entonces atropelladamente la leyenda del sur con el rostro iluminado. Al sur, afirman, mucho más al sur del desierto en que Dios dibujo con su dedo, aun más lejos que la tierra de los gigantes imberbes, al sur del gran lago salado que nace en medio de las nubes. Al final del desierto existe una mujer que vive en el reflejo de las superficies brillantes. Los que la han visto, afirman los poetas, jamás han vuelto a continuar su viaje. Se dedicaron a vagar entre los bosques y bajar al mar a reír de manera ausente y bulliciosa mientras se dejaban salpicar por la espuma de las olas. Los que la han visto y han escuchado su voz perdieron la esencia del tiempo, son ahora figuras que contemplan maravillados y absortos días y noches cualquier hoja seca o algunos granos de ar

novela corta - cap. III - The Nazi Past

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– ¿Por qué Camilo? –dijo mientras levantaba y dejaba caer unos dados. –Sí, ¿por qué? –dijo ella – pero deja esos dados, me parecería demasiado teatral tu respuesta –dijo ella mientras se reían y besaban con un entusiasmo demasiado conciente. –Me pusieron Camilo por Camilo Torres ¿has escuchado de él? –preguntó distraídamente, botó los dados a la cama y no se preocupó de ver el resultado. –No –dijo alegre –Pero seguro que tú me contarás ¿no?– suspiró –Camilo Torres fue un cura colombiano –dijo y se quedó mirando el techo un largo rato–. Un buen chico, un intelectual que un día se le ocurrió la triste idea de caminar fuera del seminario y encontró un enfermo un viejo y un muerto, aunque no necesariamente en esa sucesión o en ese número, Colombia es un país sin orden. A diferencia del buen Gautama, Camilo le atribuyó la culpa a los poderosos y como era intelectual no se conformó con eso y se volvió marxista para sentir que, pese a tener miedo a la acción, podía cambiar el mundo. –Un cura

novela corta - cap. II - los últimos dioses

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La escuadra se desplegó en abanico -desde la quebrada hasta el abismo que estaba al norte del cerro- ascendió con decisión cien metros hasta que abrimos fuego y le dimos a un policía gordo cuando trataba de refugiarse tras una roca, resbaló un par de metros con la cabeza y la cara abierta por el impacto, dejo su cerebro esparcido en su corto recorrido. El oficial ordenó que se cubrieran. Corrimos bordeando el abismo hasta un farallón donde nos cubrimos nuevamente y nos dispusimos a resistir, pero los policías recogieron a su muerto y se retiraron. Caminamos tres horas hasta la aldea y esperamos la llegada del enlace. –¿Eso es todo? –dijo Laura con decepción. –sí, eso es todo lo que dice en este mensaje –colocó el papel sobre el altar– nada más, una historia típica. –y es de Nepal –observó sus manos y las encontró demasiado pálidas– ¿qué idioma hablan en Nepal? –nepalí supongo –¿y quién tradujo eso? –se percato que estaba descalza y le dolía la cabeza– pero mejor me lo cuentas mañana ¿

dialéctica

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El tiempo que ha transcurrido de este día me recuerda la mecánica armoniosa de los columpios con que jugaba. Tomaba impulso estirando las piernas hasta apoyarme en la punta de los pies, hasta sentir dolor en las pantorrillas y me dejaba caer, sin tocar el suelo. Subía y bajaba cada vez más veloz impulsado por el movimiento de mi cadera y de mis piernas. Al final, podía subir tanto que veía el cielo frente a mi rostro, luego descendía con cosquillas en el estómago. Resultado final: el vértigo se detenía dejando que mis piernas se arrastrarán en la arena como un ancla llena de algas. Otra vez frente a una práctica calificada acerca de Aristóteles, esta vez debo escribir sobre uno de sus libros de lógica, quizá el más amable. Es una mañana gris, propicia para la metafísica. Días como estos se pueden observar con poca atención. Sin pasión. La filosofía no se comporta como una intrusa esta mañana. En el invierno del año 2003, el gobierno declaró el estado de emergencia en diferentes ciudade

al fin la tristeza

al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas (lo susurró Martirio y lo escribió Tejada Gómez-creo) el sabor a lúcuma entre edificios viejos amarillentos/ el café que nunca tomamos/ el temblor de los cuerpos después de haber fumado/ las magdalenas de chocolate enmigándolo todo: los libros, los discos/ en tu sitio detenidas esperando ser devoradas / demorémonos en la lentitud de la arena en los sabores sobre la lengua virgen en las piernas exhaustas por la altura lejos nos espera el tiempo que engulle lo que encuentra y escupe los restos de cosas queridas

Rapunzel o cómo subsistir en el exilio

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que es piedra su torre toda que la única ventana da al poniente que cuando ella mira da al abismo que sus ojos caminan las sombras que en su piel no anidó la lluvia que sintió la noche en la paz de sus cabellos cuando el sol se escondía: siempre en esa línea Rapunzel lo sabe. Esa línea siempre. Como un sobreviviente que le oculta su patria que le sopla su lengua/ Así estos muros donde los hongos crecen como el recuerdo

el mar de arena

El Mar de arena se traga mis ojos soy feliz El brillo de la espada me acompañará hasta la muerte

Naturaleza muerta

la filosofía inunda esa sala sus vidrios dan al patio huyen mujeres de la represión se agitan hombres en la discusión citan el latín y el griego las voces de ellas gritan la lengua materna de golpe una cara contra el vidrio balbucea algo que desde adentro no se oye alguien en la sala reparó en ese rostro /empapado de miedo/ nadie los evade del juego eterno para el que se sienten elegidos alguien la mira a los ojos siente su pánico deja de pensar en aristu siente que la vida esta en otra parte deja su lugar y sale de la sala

Muñecas

nunca me senté en la vereda con el vestido almidonado no dije alelí, gracias, perdona nunca recibí rosas para mi cumpleaños me gusta comer las papas fritas con la mano y lamer la cuchara del dulce/ las mejillas rosadas, los ojos brillantes la sonrisa a tiempo me han sido vedadas. Por eso guardo muñecas que me muestran la candidez inalcanzable.

Primavera

esa flor caerá no hay sol solo amarillo para demorar la muerte

roberto bolaño

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La violencia es como la poesía no se corrige No puedes cambiar el viaje de una navaja ni la imagen del atardecer imperfecto para siempre Entre estos árboles que he inventado y que no son árboles estoy yo

te regalaré un abismo

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te regalare un abismo, dijo ella, pero de tan sutil manera que sólo percibirás cuando hayan pasado muchos años y estés lejos de México y de mí. cuando más lo necesites lo descubrirás, y ese no será el final feliz, pero sí un instante de vacío y de felicidad. Y tal vez entonces te acuerdes de mí,aunque no mucho. Roberto Bolaño

Lola Paniagua

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contra ti he intentado irme alejarme la clausura requería velocidad pero finalmente eras tú la que abría la puerta Estabas en cualquier cosa que pudiera caminar llorar caerse al pozo y desde la claridad me preguntabas por mi salud Estoy mal Lola casi no sueño Roberto Bolaño

¿y si fuese Antoine de Saint Exupery y dos messerschmitt me hubiesen cocido la cola a balazos?

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¿donde debería morir? si saco el mapa de la bota, sólo encontraría nombres y líneas pero no donde voy, quizá mas abajo tal vez más quizá aquí, no importa las columnas de humo y el brillo del incendio se pueden ver muy lejos en una noche clara

sin comentarios

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a veces escribimos para muchos y somos leídos por pocos a veces escribimos para pocos y somos leídos por alguno a veces escribimos para nosotros y no nos leemos. adiós a los comentarios
Guiomar Hoy el desconcierto me recorre como a otras cosas la gota que veo bajar por el pico de esa pava y a su paso va dejando la marca de una presencia/ el desconcierto no es la tristeza la música ya no se oye ¿cómo sabré del silencio imperceptible sin el concierto/ de su voz destellando entre las notas? Mi cuerpo espera ambulando en la levedad de la casa/ el amor es un cadáver con los ojos abiertos nadie se le acerca por temor a que despierte ¿cuántas veces en la tormenta tu voz pragmática abrió la noche como el relámpago? recuerdo que de niña decía rejusilo /decía está rejusilando/ y todos reían yo no con los ojos fijos buscaba en la oscuridad tu palabra hoy es noche cerrada y hace meses no deja de ser hoy esperaré la voz/ la tuya esperaré que caiga sobre el ánima quebrando la inercia, la quietud sacudiendo de su sopor esta niebla que me ciñe el cuerpo.
Lola duerme El mundo se desvanece Lola sueña con la persistencia de la garúa y tira las sábanas al piso porque el sol (su pérfido enemigo) la ha retado. Ella vuelve a soñar, con desdén lo deja brillar. ¿Es lo único que puedes hacer? le pregunta Lola y Sol se convierte en un folleto de propaganda turística. Lola lo arranca de la pared, ríe y con su risa otras estrellas nacen, mueren y sus supernovas y sus agujeros negros le recuerdan la Navidad; a Lola la navidad le parece naranja, ríe otra vez y destruye la Navidad para siempre. La curia vaticana se mete en el sueño de Lola y le presenta un reclamo onírico-diplomático, Lola los mira asqueada; convierte al Papa en un perrito en monociclo y a sus cardenales en gordas y rojas señoras que dicen ¡OHHHHH! Mientras agitan sus abanicos cuando el perrito parece perder el equilibrio. Lola sueña y se desvanece. Lola no quiere despertar, y mira al mundo con angustiada levedad. Danilo escribe y Lola lo rodea: Danilo sabe que va a reír y reír. Y por

De los tres caballeros y la camisa

Una dama, cuyo esposo no gusta de la lucha, aunque por lo demás es un hombre lleno de nobleza y dulzura, envía su camisa a los tres caballeros que la sirven por amor, para que la lleven como cota de armas, sin coraza ni más protección que el yelmo y glebas, en el torneo que organizará su marido. El primero y el segundo caballero no se atreven a tanto. El tercero, que es pobre, toma la camisa por la noche en sus brazos y la besa apasionadamente. En el torneo aparece con la camisa como cota de armas, sin coraza debajo. La camisa queda desgarrada y teñida con su sangre y él gravemente herido. Su extraordinaria valentía causa admiración y se le otorga el premio; la dama le consagra su corazón. Mas ahora pide el amado la reciprocidad. Devuelve a la dama la camisa ensangrentada, a fin de que ella la lleve tal como está sobre sus vestidos en el banquete que cierra el torneo. Ella le abraza tiernamente y aparece con la ensangrentada vestidura. La mayoría la censura, el esposo queda perplejo. E

Nihil

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El tiempo nos dejó suspendidas los días te llevaban a la sierra te traían al mar. No entiendo las lejanías que nos conviven, y persisten como mis ojos con la hoja como el niño dibuja en la oscuridad como vos escuchando en el vacío.../ Donde te encontré ayer, ¿estarás mañana? Los días nos extrañan, nos dispersan y nos devuelven... ¿es ilusión creer en siempre? ¿es robarle muerte a la muerte? Las ojeras, las manos como pasas, los labios estriados hablan lo que la voz no aprendió a decir. ¿Ladrarán en la noche última los cuerpos que amaste, reclamando la caricia en el abismo? ¿Y qué forma tomará tu mano tantas veces hecha llanto? En la noche última los otros serán otros/ y nosotras reiremos deformando rostro y entrañas cuando estalle en ruinas lo no vivido.

ilusion optica I

contra el infinito/ que es como decir contra tu ausencia se hielan los ojos que han visto la carne/ la sangre/ la sombra /ahogados de miedo bajo la máscara que sonríe (como el niño que arrancará la flor) y la boca se dibuja donde yace la nada se alza la mano que dice /adiós/ al nombre que la boca no pronunciará en la agonía de lo que resta

pintada en los pasillos de letras

Por la espalda le brotaba la sangre del intento de una mariposa que en vano quiso cruzar su espacio otro hombre como espejo le reflejaba la piel astillada que él mismo hubiera reconocido como sirena ¿por qué?/ se preguntaba sin caso por el cuerpo que en las noches duplicaba pudo haber quitado -ella- la flor amarilla que le coronaba el pelo pero, en cambio, sólo le salía sangrar oficio de sangradora -él- llegó a creer/ hasta que se animó a tocarla/ supo entonces que sus escamas la cubrían astillando dedos que se alejaban /constantemente/ como mariposas rojas.

Palabras Prestadas

bordes filosos del aire avanzan deshaciendo la respiración tajos y tajos disuelven mi cuerpo mientras los restos/ van dejando la nada, vacía, anda sin aire sin huesos ni sangre ni muertos /sin alma la nada mi cuerpo vacío negando la sombra y el tiempo ya quieto /sin sexo ni nexo/ con vos/ ni nadie

Saudade

en esta hora lejos de la que podría haber sido fiel lejos de la sombra de una dama lejos del amor cuidado por otros sentimientos extraños a estos ojos invaden el rostro y llevan al lugar en que no sabe y no intenta ser el deseo ajeno que enajena la lengua que relame un gusto desconocido la mano que busca la cueva en el cuerpo el pie que se retuerce en el roce espontáneo el cuerpo sumergido tomado poseído ¿qué forma tomaría la palabra de este instante? ¿con qué gesto completarla? ¿en qué tono pronunciarla? ¿a qué distancia del otro? ¿hacia dónde mirar mientras se escurre? y después ¿qué hacer con lo que ya no puede callarse?

El baile de Duns Escoto

No sabemos donde nació Duns Escoto, esto no quiere decir que haya sido un bastardo, algunos afirman que era irlandés. De algo estamos seguros: murió, y en un alarde de precisión diremos que lo hizo el 8 de noviembre de 1308. Duns Escoto escribió comentarios, algo que no lo hace muy distinto del resto de nosotros. En ellos explicaba, dibujaba y desdibujaba conceptos antiguos como la materia y el individuo, y fue derivando en extensas peroratas justificadas (como todo pensamiento filosófico que se precie) por el uso asiduo del latín. Unos años antes que él, Santo Tomás ya había hablado a más no poder sobre dios… ¿Cuánto más Tomás? –se dice que replicaban sus contemporáneos. Pero Duns Escoto vino con su macana de las distinctio formalis y la cosa se puso tan complicada como cortarse las uñas de los pies con los brazos atados, o como querer morderse el codo sin amputarse el brazo. A ella no le gustaban mis dichos criollos, menos el latín y la materia. Podría decirse que compartíamos solo u

Los años maravillosos de la Intifada

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El otro viaje

Desde la muerte/ la dictadura de la voz llenó de mujeres otros lugares/ ajenas: dormían en cuartos cerrados, variaban las horas/ ya no hablabande vos / y sin embargo creían/ aunque no hubiera motivos/aunque todas las mañanas eran igualmente húmedas y el olor a harina de pescado calaba los huesos/ Mientras la niña jugaba, en su casa, veía, la extraña, con ojos absortos/ esa mujer, como un punto negro, extraviada en el tiempo, sombra en el espacio/ hueco que dejaría en el cuarto, en los pasillos, donde caminaré mañana, en la escalera que crujirá cuando suba a buscarte/ esa mujer /la otra/ este viaje que no es el mismo / y el ímprobo olvido insistiendo/ en esta piel, en otras causas/ en el azar haciéndome a tí (Buenos Aires, 2003)

oid morales!

Oid morales! los gritos leves de la raíz la mandrágora está por parir/ antes/ en un tiempo pasiones ocultas/ violencia/ sangre/ lava eterna fisuras/ grietas en la carne las muñecas rotas en nombre de dios abandonados a lo que resta vienen al mundo insatisfechos se preguntan: cuánto hace que no? ¿la calma? ¿dónde? sólo un cuento chino/ el que huye en su verborragia nunca dará contra las piedras del alma

Lo que no sé: Filosofía y Stand-Up Comedy

Siglo V a.C. Vivía entonces Empédocles de Agrigento: bullicioso, lenguaraz, patéticamente inofensivo. Empédocles cultivaba la altiva razón, tímida aún y sin grandes demostraciones públicas de vanidad. Hablaba de cuatro elementos que conformaban la totalidad de lo existente moviendo graciosamente los brazos -causaba algarabía en el mercado y en la plaza- los niños corrían a su alrededor jalando su túnica blanca, los viejos reían y mostraban el pan masticado con sus encías: negro y grumoso. Empédocles sedujo a algunos que buscaban la sorpresa y se volvió famoso y más lenguaraz, la gente los veía conversar en grandes círculos y dar exclamaciones de pasmo que a cierta distancia parecían ligeramente fingidas. Empédocles No sabía que Hölderlin escribiría sobre su muerte pero sin duda le habría parecido natural, quizá necesario. Empédocles llego a la conclusión, bastante razonable, de que era inmortal y decidió probarlo ante la ciudad, tras una convocatoria y consiguiente procesión animada po

Lola Thorne (poeta peruana perdida en san marcos)

Un olor cubre la ciudad en estos días/ y no es la harina de pescado/ llena los ojos de entusiasmos inéditos y da contra el sol como los colibríes se empecina en reclinar las horas hasta el momento de tu llegada/ es el aroma que devuelve en la vía/ también las historias que nos hicieron estas marcas/ lo que otros llaman memoria no es más que el tiempo de tu ausencia en este cuerpo /ocasionalmente/ mío (Lima, 1978)

Ars Amatoria: pequeños consejitos de Ovidio para retener al ser amado

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Cita de "El Arte de Amar" de Publio Ovidio Nasón También son eficaces las lágrimas; con lágrimas ablandarás el diamante. Procura, si puedes, que ella vea tus mejillas humedecidas. Si te faltan las lágrimas (pues no siempre acuden en el momento oportuno) mójate los ojos con la mano. ¿qué hombre experimentado no mezclará los besos con las tiernas palabras? Aunque ella no te los de, tómalos sin su permiso. Quizá en un principio se resista y te llame “insolente”; pero, aun resistiéndose, deseará ser vencida. Procura tan sólo que los besos, brutalmente arrebatados, no dañen sus delicados labios y que no pueda quejarse de tu rudeza. El que habiendo robado besos no se apodera de lo demás, merece perder incluso lo que se le concedió. Después de los besos, ¿qué falta para conseguir todos tus deseos? ¡Ay!, eso es simpleza, y no prudencia. Prodíais llamarlo violencia, pero esa violencia agrada a las mujeres. Lo que las agrada conceder, muchas veces desean concederlo contra su voluntad.
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El inicio de una pequeña novela de personajes poblados de ingenuidad y concupiscencia – algo más fuerte – ¡Hijo de puta, conchatumadre! – No grites tanto no va por ahí ahora inténtalo de nuevo – Tu vieja es una puta asquerosa lameculos – No entiendo la concordancia con el lameculos pero inténtalo sonriendo, y no hables tanto de su madre manifiesta cierta torpeza. – Eres un asqueroso enano culeado soplapollas – la inclusión del soplapollas me parece muy artificial y hasta snob – ¿y si lo intento con algo de gesticulación? – por lo visto no has entendido nada, lo esencial es sonreír ligeramente no alzar la voz y mantener el cuerpo relajado. Piensa en un arco en tensión. – ¿Cómo es un arco en tensión? – dijiste enano, eso a veces sirve, pero en otras ocasiones no tiene mucha importancia, pierdes vigor aludiendo al cuerpo, su efecto es demasiado fugaz. En ocasiones termina siendo un elogio. – ¡Te violaron con un palo de escoba cientos de leprosos y a tu familia y todos se comieron sus bola

el teatro chino en Capón

para que alguien se anime a escribir un cuento Hallazgo en la Historia de la República del Perú (octava edición) de Jorge Basadre, Aspectos culturales del período 1873 a 1878, XXXIV, p. 1665 Hacia 1878 el diplomático italiano T. Perolari Malmignati, recorriendo el barrio chino de Lima, ubicado alrededor del Mercado, fue, varias veces, concurrente al teatro Odeón, adquirido por la colonia de esa nacionalidad. Lo encontró increíblemente sucio. A excepción de pocas personas, los asistentes eran asiáticos míseros y escuálidos con apariencia de mendigos. Algunos tenían los pies descalzos y no lucían ni siquiera una camisa, fumaban y comían plátanos. En el lugar donde en otros locales se ubica la orquesta, muchos espectadores veían el espectáculo de pie, apretados los unos con los otros. Carteles rojos con palabras negras en idioma chino adornaban la izquierda y la derecha del palco escénico. En un rincón, una banda u orquesta dejaba oír acordes desacompasados en los que este escritor creyó
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El inicio de un texto que se supone será algún día una telenovela Era imposible, sin embargo, ahí estaba la posibilidad y debería tomarla aunque sintiera que la decisión lo agobiaba físicamente. El mozo se acercó con la taza de té, la bebió y la encontró tibia pero prefirió olvidarlo, por lo demás, estaba dulce y eso bastaba. El problema estaba en que había aceptado inmediatamente, pero qué otro camino tenía si apenas era un oscuro corrector de guiones, un error de concordancia aquí, una frase demasiado larga, para las correcciones de mayor envergadura sintáctica debía consultar con su supervisor para su aprobación. En un inicio creyó intuir una broma de sus compañeros, pero una broma supondría una importancia que él no tenía. — Rosales, mi intención es que usted escriba la adaptación de esa novela —Don Arturo sonreía con los labios apretados, lo que le confería un aspecto ligeramente amenazante a sus palabras— el pago, por el tiempo que duré su trabajo, será el de un guionista princip

Galactorrea

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Hoy descubrí cinco palabras más y sólo una es compuesta. Provienen de una vieja enciclopedia médica familiar, así que supongo que son lo bastante ordinarias para haber acaecido —en concurrencia— en algún sujeto, en algún tiempo. Conjeturo un predicamento: Antonio Mendoza de Zúñiga detiene su paseo constante entre la tienda y el almacén, observa conmovido la catedral. No lo dominan, como supondría el observador descuidado y prejuicioso, sentimientos religiosos. Además de su displicente concurso en la cofradía y algunas caridades cuidadosamente premeditadas al inicio del año, el celo religioso no dispensa agitación alguna a su espíritu. Se dedica con fruición a la nostalgia. Sus abuelos paternos fueron marranos que navegaron con menos esperanza que mareo para llegar al Virreinato del Perú, donde en menos de tres años Don Rodrigo Mendoza amplió sus contactos comerciales hasta las ciudades mineras. Elohim concede prosperidad a los que permanecen fieles en la persecución y el exilio. Murió,
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A veces escribo cartas con mi máquina de escribir

juegos eróticos - el viaje a la luna

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Ella estará desnuda en la alcoba con las puertas cerradas mostrando todas sus irregularidades: eczemas, lunares, verrugas y cicatrices, várices, tatuajes. Ellos la observarán por las cerraduras de las puertas mientras ella camina pensativa e indiferente. Declararán al unísono la carrera espacial con estentóreos gritos de júbilo y desfiles protocolares en tanto corren bulliciosamente por la casa buscando herramientas. Ellos intentarán abrir la puerta con martillos, desarmadores, taladros, alicates mientras ella empieza a gemir y tocarse los senos. Cuando al fin alguno logre tirar la puerta con estrépito, entrará y copulara disfrazado de fiesta y feriado nacional. Ella volverá a ser indiferente y fingirá un orgasmo cuando el observé la bandera y diga la frase para la humanidad, anotada en la cabecera. El perdedor irá a preparar café, galletas y a masturbarse junto al refrigerador.

juegos eróticos - la conquista

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En el inicio somos desconocidos y tú me observas, enterrada en las sábanas, mientras yo le doy un nuevo nombre a la cama. Apareces en escena con frutas en las manos y en los hombros, me das la bienvenida sonriendo mostrando los dientes que ambos convendremos en tener por blancos. Nos excitamos torpemente, comunicándonos con gestos y caricias nuestras civilizaciones distintas. Cuando ya estemos cansados y ansiosos yo me ocultare en el closet y saldré convertido: en arcabucero o caballería ligera o mesnada de negros auxiliares. Fundaré con ritmo sostenido fortines, ciudades amuralladas y puertos principales en tu espalda tus nalgas y tus senos; con precisos golpes que no te hagan tanto daño y pierdas las ganas de seguir ni tan suaves que me tomes por indiferente y no te dejen hermosos cardenales en la piel, morados en el centro y verdes en los orillas. Cuando estés a punto de desvanecerte te restregaré una cédula real por tus labios y tú gemirás con desesperación mientras voy extirpando

Juego Eróticos - La Revolución

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Tú eres una linda y ortodoxa militante del partido y yo soy alternativamente: el pueblo chino, la asamblea popular y el Ejército Popular de Liberación (E.P.L.). El juego comienza cuando te obligo a realizar una autocrítica durante la revolución cultural, cumples disciplinadamente con tu autocrítica pese a que sabes que el heterodoxo soy yo. Te condeno a 20 años de trabajos forzados en Mongolia (que serán 20 minutos de caricias y disfuerzos excitantes por parte del E.P.L.). Tendrás un orgasmo el día que las reformas de Den Xiao Ping te devuelvan a casa y los flashes del aparato de propaganda del Ministerio de Relaciones Exteriores te cierren aun más los párpados. Se puede repetir siempre o hacer variaciones.

hermanas

sisters - divididos Luca la cantó antes que Mollo pero en ese tiempo no habia MTV. El bajo suena como el corazón dando contra el cuero que nos separaba en el pogo. Demasiado alcohol para volver a la cama temprano y solos. En la madrugada caminabamos destilando razones para cambiar toda nuestra mente. En el desayuno descubríamos que el mate y las galletitas eran lo único estable en nuestras vidas. sisters.mp3

si a todos les parece bien lo que haces es que algo anda mal

la mala reputacion - loquillo y los trogloditas la_mala_reputacion.mp3

algo para escuchar - las invasiones bárbaras

l'amitie - francoise hardy . l'amitie.mp3 .

para escuchar en la noche de bodas

chica ye ye - la polla records Tengo una chica muy ye-ye que se masturba con el pie, larairalarairalara... ¡Qué felicidá! larairalarairalara... Viviré con ella por toda la eternidad aunque sólo la vea al volver de trabajar Ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye... Dentro de unos años ella engordará y yo seré calvo de tanto pensar cómo llego a fin de mes con hijos que mantener, con el carro en el garaje y solo 11 en la quiniela Viviré con deudas por toda la eternidad, pues siempre me ofrecen algo nuevo que comprar Ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye... que bonito es el amor Me pondré borracho y le pegaré, desahogaré mi frustración Seré asesinado en un hospitalde la Seguridad Social En nuestra tumba pondrán: "De estos dos imbéciles el mundo se ha reído y no se han enterado" Ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye, ye... chica_yeye.mp3

Leto

06 7/21 Sobre las formas en que los lectores no leen los blogs 7/12 borradores 7/02 contra las violentas certezas 6/24 camas de fuego 6/12 soma rima 5/29 Ingratuidades 5/18 Dudas a trasluz 5/13 Té de limón 5/06 Flor y leopardo 5/02 Y ella que ajusta la soga contra su cuello como e... 4/26 vacíos 4/16 Amareto 4/07 sin nombre 4/07 Hambre de perros 3/30 sobre el suelo descansa el abrigo esta noche esta ... 3/20 sol de otoño 3/20 Las habladurías del mundo 3/18 La del agua en los huesos 3/17 migajas 2/26 Silencio 2/19 tiempo de que 1/02 Despedida 05 12/12 sencillamente 11/24 ella y el minotauro 11/10 Los Jorobaditos 10/28 El reino de los juegos 10/27 Pequeñas puertas 10/23 Continuo 10/23 Lugares 10/13 al fin la tristeza 10/12 Rapunzel o cómo subsistir en el exilio 10/11 Naturaleza muerta 10/08 Muñecas 10/08 Primavera 10/02 Guiomar Hoy el desconcierto me recorre c... 10/02 Lola duerme El mundo se desvanece Lola sueña con l... 9/19 El tiempo nos dejó suspendidas los días te llevaba... 9/19 il

Danilo

06 8/10 un regalo para mis amigos 8/07 Alas pa' volar y valor para brillar entre la luz 8/03 primero la tapa, como debe ser 8/03 ¡Cómo si no pudieran hacer sus porquerías solos! 7/29 matando el nazi que llevo adentro 7/29 ¿debería comprar un mp3 player? 7/27 feliz cumpleaños a mí 7/26 Yo quiero ser domador de osos 7/26 dibujé un beso 7/26 mí 7/24 Leto 7/21 No me beses en los labios 6/19 Gott ist tot 6/17 hombre lobo en Cusco 5/19 Allegro Con Brio 5/16 neblina 05 10/19 si bajo la escalera... 10/18 aristú después del desayuno ii 10/18 aristú después del desayuno 10/15 novela corta - cap. IV - me perdí 10/15 no me gustan los bustos 10/15 novela corta - cap. III - The Nazi Past 10/15 novela corta - cap. II - los últimos dioses 10/15 dialéctica 10/06 roberto bolaño 10/06 te regalaré un abismo 10/06 Lola Paniagua 10/06 ¿y si yo fuese Antoine de Saint Exupery y dos messerschmitt me hubiesen co