novela corta - cap. IV - me perdí





Jugando a la máquina del tiempo pensaste caminando en la cima de la huaca de San Marcos que Lima es como un mar de luces y pedías el vino de tres soles que compramos con el resto de tipos que hablaban a mí alrededor y se regalaban empujones risitas cínicas porque a dos de ellos 10 minutos antes Sandra se las había chupado en el jardín de letras recuerda casi al mismo tiempo yo estaba seguro de haber escuchado esas historias antes pero todo era tan igual pensaste si al final se ve a Lima como un charco de luces. Bajamos de la huaca encontrando huesos que recogíamos y tirábamos nuevamente -un cráneo no hay un cráneo eso seria un premio hamlecito control de lectura cráneo en ser y no ser siendo pensaste- clavé una cuchara de plástico en la tierra y dije muy alto: a ver si esto lo pueden incluir en el corpus de alguna de sus teorías del intermedio temprano: risas a granel como el arroz los fideos o el azúcar, bajamos corriendo y Las Silbadoras se marearon. Un guardián grito algo que ser perdió en el charco de luces en el que nos volvimos a sumergir.
Absolutamente originales... ninguna maldición prehispánica a los profanadores de tumbas nos persiguió.

Comentarios

11238 dijo…
vaya danilo, finalmente no fue un desacierto lo del blog.
celebro tantas palabras
Qbi dijo…
y porke tantas palabras?
Saludos!
Anónimo dijo…
me gusta el detalle oriundo de tu agujeta, puedo ver cierto despotismo en esa bota.
[_kara_] dijo…
dios mio que si la maquina del tiempo si paso por aca, pero dejo olvidadas las comas en el camino, solo una sonrisa mas , cinica como la de aquel pajarito...paz.
Anónimo dijo…
a veces, las comas, sólo, sirven para dar, saltos, y saltos

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