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Mostrando las entradas de diciembre, 2006

Somagrafía

"...Sólo necesitaba eso: un mensaje confuso e indescifrable para saber que todo no era producto de una-mente-calculadora que planeaba desmantelar la farsa que no existió. Las cosas se complican a veces, pero esa mañana mi cuerpo quedó temblando en el roce de tu pelo y fue inútil tratar de imponerle todas las razones que advierten lo que no debería ser. Lo incierto se abre paso como un incendio, va derritiendo lo que creímos, nos apura a lo que somos capaces, interroga nuestros miedos y sueños como a niños perdidos, y tal vez no sea tiempo aún, pero vamos por la senda hacia el borde del peñasco. Abajo, el agua donde abandonar los cuerpos. Antes, el abismo: un vacío infinito donde perder la voz que aprendimos -en ese bosque que de a poco se vuelve ceniciento-." de "Traducciones imposibles", H. M., Bs As, 1983

urgencia

ansío entrar/ encajarme en el ocre salado y tibio/ no hacer pie me urge sacarme la ropa como los días que ya no puedo llevar encima al llenar mi nariz con el ardor insoportable del cielo y que no salgan pensamientos y que no soplen letras dichas y que no haya cómo nombrar tanta existencia y que pueda ser /por vez primera/

perdida

sin dormir sin dejar de respirar dulcemente/ he perdido ¿sin querer? todos los números que llevan a vos con las ganas de decírtelo tiradas sobre el edredón agobiante del verano bajo las miradas insultantes sobre los trazos de esa voz susurros de oscuro lobo triste qui busca endurecer um corazoum tam fracu en negra noche tiznada de espera el animal que espera tu luz de luna indiferente en la distancia se relame las heridas y tiembla ante la inmediatez de tu cuerpo

Interrupciones

hay un lugar donde no donde el aire y las calles se cubren de donde hacer el amor te y los cuerpos levitan con un insólito donde la grifa es pura y dulce como tus en ese la luna crece hasta por las grietas de piedras milenarias y pieles nuevísimas /y la noche está pariendo magia cada vez que muere el y debés resguardarte entre sino querés que te haga de su en ese valle la niebla los miedos y los deseos se cumplen pero el misterio intacto como si Lesbia hubiera amado a Catulo y como si Hay ese lugar, un motivo, una excusa para viajar (por ) y hay mi mochila que espera tu (sin más espacios en blanco)

Sobre el Cid y la quietud de las cosas

oh mío muy mío mister Cid el caballero no nos vió ud esa mañana rodando por el suelo y yendo, desde el pino hasta la torre quieta/ mientras el silencio tejía arpegios y la luna huía de la luz que nos amanecía con la magia de las manos que dan contra la nada. Friederich revoloteaba, insomne, mostraba la muerte errante pero el cielo era tan nómade, y fugaz e inevitable nos besaba tontamente, inexploradamente dejando que la calle creciera y que mis pasos fueran al sur más al sur que cualquiera de tus sueños. La playa que quisimos no era aquella arena, y tal vez el mar no esté allí/ para vernos dar nuevamente contra la oscuridad ajena, y tal vez, aprenda que la libertad es eso estar estando condenado a tu tiempo