Entradas

Mostrando las entradas de mayo, 2006

Ingratuidades

aquí abajo el silencio que me cobija/ de los rostros escrutadores ellos que piden/ ellos que no me ven ahogada en la sangre de las promesas/ me roban pedazos que llevan lejos de mí, lejos muy lejos de la damita sensible se llevaron todas, cada palabrita en mis labios ahora en sus recuerdos/ ahora que el frío duele en el subsuelo aquí las muñecas descosidas, en desuso aquí la oscuridad de saberme igual que ellas allá sus voces y sus quejas allá sus miedos y sus goces subir no será volver volver es imposible como una siesta de lunes imposible mi voz en este cuarto denso si vuelvo seré una capa roja de silencio que abrigue lo inasible de mi ser lo que aun me queda lo que no pudieron tal vez, algo, que ni siquiera (yo) conozco

En honor a Enrique

Hambre de selva, ojos, flama de sol en garras, hojas apretadas tu huella, agazapado pelaje, terciopelo en donde reposan mis dedos sudando letras en tierra de humanos. Reniego de mi raza para formar tu especie, y perderme en esas flores, geranios razguñando el rojo atardecer de mi sangre, y beber de tu espiritu para vivir mi muerte. "Yo he abatido a lo inutil"

Allegro Con Brio

Ese fue el verano de las maravillas de las aguas del novísimo océano bajo la verde línea de sus aguas soñaba el Graf Spee con las voces portuguesas de la marinería de Magallanes que pedían galleta y ron de madeira en su zafio lenguaje de porteños azorados del mundo nuevo, de la redondez de las naranjas, del tenebroso destino de los que vagan por el mundo. Hacia allá la antártida, más allá del viento helado de su aliento de la cóncava felicidad de un día de playa con el mate caliente Hacia allá esta China, hacia allá está Australia. El agua, tibia, caía sobre la bombilla y la llenaba de gozo y de espuma. Ella reía, se ponía ungüentos contra el sol en la piel odiaba los mares fríos los que no tenían la nobleza de igualar el calor de su corazón. El niño corría entre las piedras y la arena creciendo como la hierba como las dunas, temiendo al mundo que se agitaba más que el mar, del mundo que cambiaba como una cascada. Nuestro arte: refugiarnos bajo una sombrilla Mientras la tormenta de ar

25

Dulce mes en el regazo, que protege misticos atardeceres caidos, canciòn del tiempo. Mar negro, rebelde su pelo blanco sacude, en mi rostro. Y piedras de arena endurecida la costa de montañas tu piel, que paso a paso he recorrido. cerros abismales rulos de un angel el viento e en mi viento. El aliento del este en verdes valles abraza, y mis pies en tu piel se deslizan... No existe final en el camino a Cusco, en Mayo.

Dudas a trasluz

Te pregunto por la luz, el origen, y mis ojos que se parten al ver algo difuso en el muro/ por la piel y las rimas que se le cayeron, pero no a mi boca: la absurda que no dicen más que lo invisible/ por el rojo fuego, insípido, pasado de griterío, de tedio hoy rojo sangre, perfume segundos atrás/ ¿qué hago fuera de vos? -me pregunto ¿escapando hacia qué cuarto oscuro de la ausencia del deseo, de todo intento por no desaparecer? ¿soy él? ¿ella? ¿soy ustedes? ¿Cuál es mi papel en este sueño? Tus sucias criaturas abandonadas, emigran de una razón en ruinas, buscan asilo en otra parte de mí… duermen en mi puerta cada noche me escupen en los pies tu tristeza y callan por qué los miedos brillan como recién lustrados/ Niña arrojada a un mundo: caja cerrada y sin luz/ donde el sonido muere, pero no sus risas y el terrible mandato: vete a encontrar tus añicos y sé feliz/ La luna nos vigila pero tus ojos traicionan al amanecer me gritan que salte

neblina

Imagen

Té de limón

¿se lava el limón como sacarnos miedos, entre poro y poro de la cáscara, escondidos? ¿se corta en rodajas la espera, los sueños, el jugo ácido de la piel después de haber amado? ¿se vierte el agua, el deseo hirviendo? ¿se puede beber de a poco, acaso, poner la medida justa de miel, y volver a utilizar rodajas de labios que se han secado? ¿será posible tu té de limón en este dulce abril, en La paz a medio día?

Flor y leopardo

Una frase que patee donde más te duela ¿dónde? la arena se rompe contra mi pie, el desierto que regaste con sonrisas ajenas y, crecidas como cactus, le bebiste toda su mezcalina. Alucinaste un mar dulce que te bañara las cicatrices pero chocaste al leopardo agazapado. Y probó los colores de tu flor, te vio ahogado, esa tarde, entre verdes que ocultaban tu cuello. Guardó escondido en sus uñas los secretos que, crecidos en madreselvas, te envolvían la desesperación, y nunca amanecía como también la luna era imposible… Mientras absorto yacía el tiempo en que sus ojos te devoraban cada lunar crecido sobre cada palabra, su sombra. Porque nada es sin apoyo de nada: y el leopardo que se escondía era colores pero crueldad, abrazos pero insensible aislamiento en lo profundo de no querer. Desde esa oscuridad de lo imprevisto amó tu flor y quiso llevarte donde el médano se rompía y las mentiras y tu presente/ pero no distinguió: dolor de leopardo d
Y ella que ajusta la soga contra su cuello como escapando del secreto que no entiendo. Ahora es tan irreal su muerte como las burbujas rojas de la anestesia que vi y como este otoño que se lleva hojas secas y su risa. Este dolor en el pecho reclama una explicación cómo si un montón de enunciados coherentes me quitaran la insistencia del recuerdo o si fuera posible creer /convencerse por una voz que no es la suya. No quiero que cada estación me ampute los cuerpos que rieron mientras se cebaba el mate, el tiempo, y uno podía chocar al otro como confirmando que existían.

Fuego

Tu corteza cerezada es aura, en negrura de bosque luz, Hablame, flamea. Regurgita en crepitar, escupe estrellas fogata ardiente, corazon. Es la tierra, almohada y cama, cuenta -por favor- esas historias, en palabras expandidas, tu lenguaje, aliento, incienso perfumado. Huelo, palpo, transito su textura, sobre las brasas. Dragon de rojos internos y azules verdosas escamas, tu secreto transmuta frios en calido abrazo. Ven, sientate a mi lado... Habla... y escribire... Quien dice que el fuego, calla? El fuego canta. (Pd. : y estas vocales sin acentos! es que el teclado no sabe de musica, y rebelde se empaco, asi que lean como surge en el frio que acecha Buenos Aires en dias de otoño, el pensar en un fogon me ha calentado el alma, una amiga, un pedazo de sol...)