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Mostrando las entradas de junio, 2006

camas de fuego

la noche azul abre el lecho en espera del fuego: las sábanas hechas mortajas por el sudor/ y la cama se incendia azul de oscuridad/ y ellos que vuelan libres entre las llamas bailan, burlan/ el amor, la muerte el infierno es este cielo y es tan fría la mañana tan fría sin ti

Gott ist tot

Tomaban un cautivo, el que mejor les parecía, y, antes de sacrificarle a sus ídolos, poníanle el nombre del mismo ídolo, a quien había de ser sacrificado, y vestíanle y adornábanle del mismo ornato que a su ídolo, y decían que representaba al mismo ídolo.Y por todo el tiempo que duraba esta representación, que en unas fiestas era de un año y en otras de seis meses y en otras de menos, de la misma manera le veneraban y adoraban que al propio ídolo, y comía y bebía y holgaba. Y cuando iba por las calles salía la gente a adorarle y todos le ofrecían mucha limosna, y llevábanle los niños y los enfermos para que los sanase y bendijese, y en todo le dejaban hacer su voluntad, salvo que, porque no huyese, le acompañaban siempre diez o doce hombres adonde quiera que iba. Y él, para que le hiciesen reverencia por donde pasaba, tocaba de cuando en cuando un cañutillo, con que se apercibía la gente para adorarle. Cuando estaba de sazón y bien gordo, llegaba la fiesta, le abrían, mataban y comían,

hombre lobo en Cusco

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La neblina cubre el sueño de los ciudadanos honrados. Mañana es otro día, se dicen, es ese tipo de tautologías que son tomadas por saber entre la chusma, siento nostálgia de aquellos días en el este. Todo era magia y emanación de la tierra. Ahora, Juan incógnito o Abel expósito, hunden en almohadas sus cabezas saciadas de caspa y deseos extintos. Sonríen y esperan que el amanecer tarde mucho. No tengo muy claros mis recuerdos, se confunden con mis anhelos y con mis temores como las entrañas de un pez. Ahora recuerdo, no sé por qué, una conferencia a la que asistí hace un par de semanas o quizá hace veinte años. La verdadera memoria desdeña la vanidad y el artificio de las fechas y los relojes. El conferencista era un profesor mulato de cuyo rostro emergían grandes manchas rosadas. No creo, pensé, que alguien con esa piel pueda caer en el engaño fácilmente. Me equivoqué. Su discurso discurrió con brío al inicio para acabar después con un ritmo cansado y ausente, no sin algo de ingenio q

soma rima

caigo ahogada en zoroche tonta presa del trueno, un niño me atrapó el miedo, y en ojos de niño duermo me escribe el amor con hambre me pinta el dolor con besos arma un mundo con sus huesos e invita a jugar con sangre olvidada ya, del nombre que usé en vestir mis excesos me desnuda el tibio hombre, cruje la noche trazos de fuego crepita la lengua ausente en el hueco, las uñas astilln memorias, silencio, redoblan caricias rumores violentos, y estallan en signos: las bestias, los muertos.
Corria el diamantino rio a travès de la espesura, arboles altisimos suspiraban en hojas, acariciaban la tierra bebida de humedad, vahos subiendo a travès de interpidos hilos, tejiendo cantos. En la piedra, debajo de la cascada, mi sitio. Ahi estuve, de pie, cortina de aguas en el pelo, mi piel frìa temblò. La nobleza entera llegò a despedirme, era el tiempo de partir al mundo de los humanos. Mi lugar, mi sueño de cielos narajas, albores y de burbujas, de pelusas flotando en la brisa, seres vivientes -los que se llaman fantasia en esta tierra-, dijeron adios. Yo dije adios. Me quitaron las alas, me dieron otro nombre. Y elegi un lugar. Lleguè sin memoria, ni pasado. Nacì. Hoy, en mis genes el recuerdo de lo imborrable me acorrala... Se han abierto las puertas, tengo la llave...