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Mostrando las entradas de diciembre, 2005

Exordio

Sugestivo y premeditado inicio, intermitentes luces alumbraron el puñado de flores en el corazón. Curaron oscuros amarillos para herir en rojos, esos que encendían y apagaban los candiles, fuegos íntimos de un mañana sin llegar. Vetadas las flamas por el viento oculto, de tu aliento las palabras. Sacrilegio! Exordio dispuesto, trampa tu boca disparó... Las flores hoy sangran.

sencillamente

su piel blanqueada, casi transparente de miedos / escepticismos que la ribera le deja por cada vez que amó// el silendio anesteciaba la tarde en vientos que solo acarician/ mientras por dentro se desgarraba en imagenes vacias tiritantes ante semejante estar/ ¿que te hubiera gustado más? ¿que las sombras se tiraran al agua? ¿que la verdad fuera mentira? ¿que la noche durara los días? deshechos de lo que fuimos que unimos a destiempo las hilachas antes sueños/ antes deseo la mierda nos rodea/ congela bailamos en la quietud ante el amo que ríe y nos escupe los cuerpos que perdimos mi voz busca los ojos que me llevan a vos/ me acercan a lo que aun no soy

Ultimo

Desmedradas ilusiones, ocaso que transporta la palma de mi mano, un cráneo rendido de mandìbulas rientes. Una rodaja de hueso, magro y muerto. Y el meridiano penetrante de aureolas se desvanece en la proa, lado alado y frígido que bambolea mi andar. Ya perdió hasta su aroma pestilente, antes perfumado su rostro, mis dedos en los ojos desorbitan. En la palma de mi mano reúno tierra, un hoyo, un lugar cerca del río. Rodilla de árbol en raíz, uñas negras en húmedo masaje, perjuro susurrando que no le hablaré porque él calla, mi sueño, en mi cráneo, el que entierro a los pies de mis raíces, a la sombra del árbol del río que ríe como la mandíbula sepulta.
Si toda esta soledad hablara, escribirìa mil poemas con su sola palabra.