un departamento no la calle
la tranquilidad de una puerta cerrada
con llave y un timbre que no sonará
un hombre pálido y cansado
un hombre de jueves a la noche
sin siesta un hombre
con hijos lejanos con amor
lejano, virtual, ausente un hombre
pálido con algo que crece que sabe
que lo habita algo ajeno y propio
un hombre pálido desde la tarde  
desde que sabe que ella no va a demorar
y se pregunta si hay algo acaso
que él pueda hacer para que no llegue

un departamento un hombre pálido cansado
una caja de cartón el hombre
una mano que abre el silencio
esa forma cotidiana
de un abismo donde no queda
otra que verse

De la caja, una hoja, un lápiz
se sienta y escribe
en la oscuridad de un jueves
el hombre vuelve a ese
lento subir y bajar
de la mano que tiembla
de repente sabe que
demora a la muerte
entonces recuerda
la primera vez sobre una hoja
un cuaderno antiguo El vencedor
el universo blanco de un tiempo
los golpes la risa esa mirada
el lugar donde esconderse
el espacio por habitar
la voz trémula y tierna
se abre paso en su garganta
barriendo ese túnel olvidado
con un aire fresco de montaña
regresan pájaros desarman
sus labios, las paredes
hasta la madrugada

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