"...y se estremece la caja roja del corazón simple como un cuchillo" (J. J. Saer)
Llevo lo imposible en el bolsillo del jean
que nunca acariciaste. Y más adentro,
tanto como para haber perdido todo sentido,
como un carozo rodeado del jugo más acido: el deseo de vos.
¿Acaso la palabra que no dije me retumba a cada hora,
como latir incierto, para matar a la que nunca seré?
Me quedan los cuerpos insignificantes que acumulé bajo la lluvia.
Prendidos a mis tobillos buscan llevarme a un mar tan salado
donde despierte en estatua. En contrapartida mis pies aun bailan,
y me sacuden la sal para creer en tu misterio.
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