Che
se cerraban para que ella no salte/
cuando el errático vacío externo
se oponía al incierto destino/
más acá era el vientre,
los senos cargados
tu nombre heredado
y el amor que no se aprende.
pudiste desafiar en el malecón tu suerte
y sembrar el absurdo que nos deja
la muerte pero dejaste pasar los años
sin que el mar te mojara, ni los otros,
ni los gritos contra el dictador
por
en medio de la pesada Lima, ni el amor
de la niña que adoraba sus muñecas/
así cayeron mis párpados en tu pecho
cuando el aire nos llevaba altísimo y
rodábamos ahogados hasta la orilla
del Querococha, en el gris quedaban
el temor al abismo, al placer, a la risa
y a todo lo desmedido de que somos capaces/
en la distancia, lo desconocido
que nos sabemos, crece con las horas
y la música, descubre, en la humedad del parque,
con su melena radiante de verdes,
al hombre invertido con los pies en el cielo.
Comentarios
sólo queda hacer el silencio y admirarte, leto.
digamos que tanto como pa' admirarme no sé... digamos que lo tomo como un mimo bienvenido en tiempo de sequías (no te persigas... (aun) me gustan los hombres!!!!! jejejeje)
grachias muchas y de las buenas