Yo quiero ser domador de osos



y un día, a la mitad del espectáculo, mis osos y yo huiríamos al bosque para entregarnos a nuestro pelaje y a nuestro olfato, me verías entonces saltando en un río, curiosamente no el de Heráclito, con mis garras feroces. Como un oso nunca muere, eso creen ellos, podré dormir todas las noches sin necesidad de tomar Diazepán, ni leer a Camus. Tú me darás clavos de acero y yo los incrustaré en los árboles para que las cadenas de las motosierras se rompan. Nuestros osos, tú y yo celebraremos cada cadena rota con bailes de oso y miel en nuestro hocico. Hibernaremos juntos, en la misma caverna. Aunque esto sólo ocurra en las leyendas tibetanas.
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quise ponerle de subtítulo "el origen de la familia", pero me pareció resuperdemasiado fome, así que el título queda ahí y el que leyó este comentario, pues debe quererme mucho, porque en realidad no dije nada.

Comentarios

Leticia dijo…
hermosos dibujos Cé! al fin publicaste la historia de tus osos...
al leerla escucho tu voz que la dice entre trágicairónicadulce. Por ahí estaría bueno que coloques algunas grabaciones con los prósimos dibus.

y sí, te quiero mucho
Elias Eterno dijo…
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