Sobre las formas en que los lectores no leen los blogs

"PUTO EL QUE LEE ESTO".
Así comenzaba un texto de Fontanarrosa, intentando dar en algun lugar sentido de quien leyera esa línea.
Recordé esa frase luego de encontrar más mensajes de "supuestos" lectores de nuestros textos que comentan los post como si estuvieran escritos por Princesa.
Cuando alguien lee (pero en serio lee) esos comentarios advierte una especie de descuido o (simplemente) estrategia "marketinera" que no busca el placer en el texto, sino el retribuir un saludo para mantener al público que visita su blog. Por eso es -creo- que se les escapan algunos detalles...
...o tal vez lo que escriba cada uno de nosotros sea demasiado igual como para encontrar diferencias de estilo. Si es así será necesario buscar UNA frase en vez de TANTAS PALABRAS para sacudir a los lectores blogeriles de su adormecimiento "marketinero", para que vuelvan a ver algo más importante que la publicidad de nosotros mismos: Lo que podemos hacer con las palabras
...para terminar, una modificación a la frase del genial autor de Inodoro y Mendieta:
PUTO EL QUE SE HACE QUE LEE ESTO

Comentarios

Así como la gran prueba de un libro es que gane con la relectura-otro argumento para valorar la banalidad relativa del argumento, su insignificancia como anzuelo-, la prueba del lector no es llegar a la proyecta edad en la que tras cortar amarras con su época, encuentra en la relectura, el refugio idóneo , evocador y renovador, por momentos celestial. No hay buen lector con buena lectura que no pare y vuelva atrás. Los buenos libros contienen párrafos que no pueden disfrutarse, ni mucho menos asimilarse, mientras vamos al trote entre el anterior y el posterior. Hay que moderar el paso, ir cada vez más despacio, para dar tiempo a la mente, que se fije en los detalles, la armonía de la construcción y el ornamento, los subtestos y reverberaciones que contiene, las que despierta y convoca, de cámara y recámara de nuestro interior. Entonces al llegar al punto y aparte, puede sentirse una cierta nostalgia, una resistencia a dejarlo por lo siguiente. Hay que estar atento a esta llamada, interpretarla, obedecerla, volver al principio del párrafo. Eso es lo contrario de deglutir, es muchísimo más que saborear y degustar. Eso amigos es leer de verdad. Hasta tal punto que leer, lo que comúnmente llamamos leer, es solo preleer. Leer es preleer y releer es leer.
Hay métodos eficaces de aprendizaje rápido, pero atención con los de lectura rápida, porque solo sirven para la escritura desprovista de toda densidad, verbigracia un informe o una noticia (no siempre un artículo). Si ya sabíamos que un libro fundamental puede leerse deprisa, podemos aprender o confirmar que tampoco puede leerse en línea recta sino en bustrófedon o zigzag, hacía delante y hacía atrás. Igual que los rumiantes se demoran en los mejores pastos, los lectores cuya mente rumia, es decir, digiere y asimila con atención y cuidado, se detienen en los grandes párrafos, en las páginas y pasajes que van a ser memorables para ellos, y que han sido y serán casi los mismos para los demás buenos lectores. No, no hay métodos de relectura rápida, como no los hay para mirar un cuadro o visitar un museo a la carrera, a menos que no contengan nada de valor, y en tal caso más valdría no haber entrado.
Sigamos con los museos. Así como los más avispados expertos recomiendan no salir al finalizar el recorrido, sino volver a empezarlo de inmediato deteniéndonos, esta segunda vez solo para las obras maestras y las piezas que más nos atraen, para llevarnos el recuerdo de cinco, diez o quince, dependiendo de la memoria visual y la capacidad de cada cual para relacionar una pintura con otros productos culturales de su época, de igual modo pero a mayor profundidad o puesta en juego de urdidumbre mental, una buena lectura requiere volver a empezar para, como en el juego de la oca, caer en los párrafos y pasajes más significativos y releerlos, por segunda vez o una más. Si hemos leído desarmados (sin lápiz), nos perderemos en el laberinto de las páginas, pues la memoria es mala localizadora del párrafo que buscamos, y renunciaremos a ésta tan recomendable forma de relectura. Sin el doble recorrido, de los museos solo queda una vaga impresión. Sin la relectura como lectura, los libros tienden a desvanecerse, o se deshilachan como banderas al viento. Sin relectura no hay anclaje, no ya del libro, a fin de cuentas algo exterior, sino de uno en uno mismo, del lector consigo.
Ahora podemos volver al principio. Es a partir de esos anclajes o fundamentos que nos comprendemos, dialogamos con otros yos, que descoceríamos si un autor no nos lo hubiera presentado, y construimos un paisaje interior, erigido de tantos pináculos y torreones como experiencias rectorasen profundidad hayamos tenido. Y es entonces, solo entonces, cuando trazamos avenidas al sol, túneles, pasadizos semisoterrados, jardines al aire libre o sombreados criptopórticos. Es decir, cuando empezamos a ser cultura.

®

Tan buen post, necesitaba de un commet "apreciable", para ver si otro lector lo lee completo.
Saludos.
Leticia dijo…
qué bueno encontrar tus palabras ignacio! y qué buweno ponernos a pensar en lo que hacemos como una actividad cargada de ideología, si, leer es algo ideológico, porque las formas en que producimos esta práctica habla de nosotros, de una postura ante/con/desde/sobre las cosas...
espero que este espacio desate más reflexiones sobre las prácticas de lectura, que son -en definitiva- ellas las que terminan produciendo los textos...
lunilla dijo…
hoy canto..solament por cantar..cantar aunqu me duela el corazon.. m da lo mismo..el rio..que la mar.....
me hicistes evocar una cancion que estuvo de moda hace algun tiempo..

tu texto...sin palabras...
Carlos Negrón dijo…
jajajajajajajaja
jajajajajajajaja

Paz
Ray Kawabata dijo…
Cuando comenzaba a leer, hace algunos años, era bastante joven, creo que leía y no tomaba atención, en realidad, no recibía lo que el libro trataba de entregar. Luego, me gustaba que los que me conocían supieran que leía.
Hasta que leí Farenheit 451, de Ray Bradbury, al leerlo, incluso sin leer bien, comencé a sentir envidia, de esas personas que sabían el valor de los libros, en un mundo en que ya libros quedaban pocos. Sentía envidia porque de alguna manera el libro llegó a mi corazón, me hacía sentir que todo lo que pensaba estaba mal, sobre los libros al menos. Quería sentir lo mismo que esos pocos que arriesgaban su vida por esconder los libros y disfrutarlos largamente. Necesitaba nacer de nuevo, creo yo. Siempre estaré agradecido de lo que Ray Bradbury me entregó en ese libro, me dio la vida. Ahora leo con esperanza de encontrar alguna otra cosa que me falte, cuando leo un libro lo leo con el corazón, ya no me interesa lo que el resto piense, al menos, respecto a mi hábito de leer algún libro de principio a fin y con, algunas veces, lágrimas en los ojos. Siempre luego de terminar un libro, pienso en Farenheit 451, luego, no siempre, pero algunas veces, releo Farenheit, pero ahora, ya no siento envidia de los personajes del libro, porque ahora siento que comparto ese sentimiento que en algún tiempo no sentía.
Sería lindo ser escritor, me hubiese gustado, pero no tengo lo necesario para hacer que otra persona sienta lo que yo sentí al leer ese libro...
Hay que tener algo especial para que otra persona sienta eso, eso creo al menos. De todas formas, siempre disfrutaré leer, todo gracias a que en algún momento, leía por leer, todo gracias a algo tan infantil...
Gracias por escribir, mientras las personas sigan escribiendo, yo puedo estar tranquilo.
Y esperemos que los que aquí, y en muchos otros lugares leen por leer, en algún momento entiendan que podrían ganar mucho por leer, pero con el corazón.
marvision dijo…
Veras, yo soy una que el otro día se equivocó, y en vez de contestar a princesa, contesté aquí, perdón...
He leido lo tuyo y lo de Ignacio y estoy de acuerdo, yo cuando leo libros a veces tengo que volver a leer algunas páginas para entender bien lo que me está diciendo en ese momento.
A lo mejor me equivoqué de página, pero lo que puse en el comentario era lo que pensaba que decía princesa, lo siento...
un saludo marvision

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