Amigos míos cumplo un año más y les tengo tres regalos. Una canción "l'amitié", algo que dijo Vittorio Gassman y me ha hecho reír un buen rato: "El único error de Dios fue no haber dotado al hombre de dos vidas: una para ensayar y la otra para actuar". El regalo final que me servirá para despertar el día 12 con una gran sonrisa fue otra cosa que dijo Peter Ustinov: "El secreto de vivir y conservar el optimismo estriba en ser lo bastante tonto para creer que lo mejor está por venir" La Amistad Muchos de mis amigos han venido de las nubes, con el sol y la lluvia como simples equipajes. Hicieron la estación de las amistades verdaderas, la más bella estación de las cuatro de la tierra Ellos tienen esa dulzura de los más bellos paisajes y la fidelidad de las aves de viaje. En sus corazones esta grabado un infinito cariño aunque, alguna veces, en sus ojos, se desliza la tristeza Entonces, ellos vienen a refugiarse conmigo, y tú, también, tú vendrás Tú podrás
Una mesa sola, su vajilla sucia, fuente intacta de frutas. Agua sin vasos. Bordado mantel con nombres raros, ventanal abierto de aire Y alas, y polvo deja hilos en vela derretida. Rapaces aves negras en festìn la mesa, esperando abierta. buitres bajo el techo, comen sus carnes. Ellos reúnen los sucios, desgajan las servilletas. Limpian... Seremos alimento sobre la mesa? Saciados de encuentros los huesos, un lienzo que cubre nuestros nombres, la mesa sus despojos, los buitres nuestros cuerpos en un amor que nos sació hasta morir. Felices pájaros se alimentan de sangre seca, En alas negras nos hemos convertido. Volemos.
sus pies de viajero surcan arenas movedizas: su tiempo contra la violencia del universo y sus caminos: amenazas a quien se acuesta con la demora; a quien entrega los días a la damita incierta, cada día más parecida al desierto por donde él anda de paso. La damita escucha su voz prometer siempre, aquieta el hambre de andar con las muelas al viento, y no puede con la amenaza del dolor: de saberse hecha y rehecha a cada paso por manos que no ve/ por ideas tan viejas como sus pasos o como sentarse a escuchar el tiempo/ manos de él y no/ dedos que le crecieron mañana uñas que escribirán dudas en la espalda de la damita más incierta ante sus ojos: un cielo que no aplasta, no corre, ni salva un cielo donde guarecerse de los finales felices que promete un futuro inapelable
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