al cantar la noche
el camino era sinuoso
las piedras de los bordes
no sabìan sus nombres
y nosotros íbamos perdiendo
el que tuvimos/

lo que antes fue arroyo
ahora desvío,
el campo llano,
ahora desierto junto a un mar
imaginamos ovejas
al ver esa máquina de coser contra el alambrado/

caminamos buscando un cielo,
sòlo un paño oscuro azul ennegrecido
sin farolas de neón
un paño que pudiera devolvernos lo que somos

vagamos con los ojos lejanos,
más cerca de la luna que de las avenidas
encontramos que el paño tenía bordados
pares de estrellas y constelaciones,
manchas blanquecinas
nos vimos en ellas
transidos de años luz
sentimos que nos reflejaban

éramos dos caminando
la noche

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