ya sé que la hora se nos consume como el vino entre lo dicho,
y que está tarde para andar descubriendo los silencios/
ya sé, entre los buenos modales no estaba la risa que sale del cuerpo,
el cúmulo de insultos que nombra a cada puto recuerdo

ya sé, tus ojos se cierran/
también me cansa insistirle a las costumbres,
gritarle a mis padres el dolor del saqueo
llevar este hambre a cuestas y sin nombre

Pero ya basta nos dicen los pies,
las carrozas de oro y los zapatos rojos solo atan a la que hierve, r
ecluyen en las sombras esa artsita que todas arrullamos
la primera noche de nuestras vidas.

Comentarios

Daniela Falcón dijo…
Bravísimo!!! patee ese zapatito rojo, deje escapar la carroza y saque a esa artista (que descansa en sueños)

besossss
que buen poema, me dan ganas de volver a escribir.
Anónimo dijo…
Quién chucha eres?

Entradas más populares de este blog

un regalo para mis amigos

Amareto

contra las violentas certezas