cuando aprenda a narrar...

El barrio era frío cuando cruzaron las vías, y varias cuadras después, hasta que entraron al museo. Tarde. Tuvieron que trepar rápido las escaleras para no ser vistos por el cuidador. En la primera sala: el silencio, la madera de oriente, el olor a sándalo en el vientre antiguo. La música tenue, venía de otra parte. Las escenas trágicas crecían, se multiplicaban sobre la madera, sobre los jarrones, en los relojes. Las flores nacían en el agua, las orquídeas se desparramaban por el piso, en las repisas, entre las piedras. Mientras él hablaba, atravesaron la puerta que daba a la sala de la terraza. Ahí estaba ella: con sus ojos agrietados, sus pequeños rodetes a cada lado, llorando sobre el erial las piedras del color de su tristeza.
¿Cómo había llegado hasta allí? Alguien la había llevado, había decidido que su cuerpo cruzaría a tientas la intensidad de esos cuartos.
¿Había pensado, acaso, en la perplejidad?
¿Cómo entender esa tarde?
Ella podía convertirse en otro cuadro de la sala, en otra diosa de la lluvia. A él le habrían quedado la pequeña mirada atrapada por la quietud, por la belleza; los sabores agridulces, todo lo que ella no dijo.
Nada que explicara esa tarde. O, tal vez, las sensaciones confusas de haber andado con esa mujer por un lugar que no podía ser, que orquídeas y nieve, y un olor a café que te lleva lejos, hasta tus bordes.

Comentarios

Joel dijo…
A mi me gusta su prosa. Titulo muy humilde el suyo...
Veo una prosa poetica, por ahi es lo que yo quiero ver, tal vez mi ojo no falló.
Me gusto el relato, tiene un toque irreal, pocas descripciones fisicas que me hacen participar. bien bien bien:D
beso!
Franco dijo…
El texto respira muy bien, Leto. Yo creo que aprendí a escribir prosa cuando aprendí a manejar los ritmos de la poesía. Obviamente los ritmos de la prosa larga son mucho más abstractos, pero lo primero lo tenés: el talento, el oficio de las palabras. Lo demás (la destreza, el resultado final) se alcanza con trabajo.
Así que ¡sin excusas!
Manolo dijo…
café. Debo inquirir al respecto? No, nunca me agradaron los detectives, solo ese par de locos que resolvían problemas existenciales en I love Hukabbies. Que hermosa

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