Despedida

cansada del dolor incesante que incinera un cuerpo/
otro/
se van las sonrisas/ y
los ojos ven crecer
bajo un lente sucio/
las historias con final feliz

Comentarios

Princesa Dariak dijo…
Dejar partir, partirse...
En un espejo roto mi reflejo se distorsiona. Y es solo mi reflejo, el de èl... se ha ido... partido el cristal.
Y hoy... ni siquiera el espejo queda para ver mi imagen...
Quizas he dejado de existir.

un abrazo, Leto. (me emocionò tu poema...)
Fer dijo…
Lentes sucias, imágenes de un amor distorcionadas por el tiempo, las culpas y la cobardía.
Un final que no es ni feliz ni triste, ni siquierqa es un final.
Una vida.



PD: feliz año
Sir Hache dijo…
El suspenso se siente...Un final que en realidad no ha llegado pero parece estar ahí y aun así no es rosa ni negro del todo...es como en nuestras vidas...en nuestras realidades...fuera de los sueños y deseos...de los cuentos y novelas...es simplemente la vida!...

Saludos!.
Muy buen lugar para encontrar limpio el recuerdo de lo que no se olvida, que lindo escrito, me gusto mucho.

saludos.

Elva*
Kat dijo…
Simplemente, me encantó.
Una llama de dolor incesante que nos quema el cuerpo, puede ayudarnos a no olvidarnos de él…
Si las sonrisas se van es porque algún día nos visitaron…
Triste destino de aquel que nunca rió sinceramente, aunque de tanto reírnos suele nublársenos la vista hasta el punto en que las formas se desfiguran y las personas se ven tan distintas a lo que son.
¿Final feliz? ¿Final triste? ¿Qué importan los finales? Ya hemos vivido…

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