¿por qué tantas palabras?
Ciprés enclavado en la altura,
tu fortaleza suave ciñe
el viento
cuando la tormenta en llamas
arrecia
tu tronco fraguado torna en figuras
del tiempo
protectoras al infierno
tan temido por tus ramas.
Tan elevada es tu estatura,
mis brazos
no alcanzan tu rodeo,
los pies
se deslizan, resbalan
tierra y polvo, musgo y liquen,
en caída
hasta tu pedestal rabioso en raíces cincelado.
Y allí quedo
hospedada,
de barro mi cuerpo tullido,
enroscado en un puente
roto
que ruborizado escapa de tu sombra.
Ciprés...
tus hojas,
relojes del aire,
crepitan sagradas
un canto.
Mis dedos no llegan a la rugosa piel de savia,
no te tocan, no señalan...
Árbol de cima en nubes,
no te alcanza mi corazón de agua.
tu fortaleza suave ciñe
el viento
cuando la tormenta en llamas
arrecia
tu tronco fraguado torna en figuras
del tiempo
protectoras al infierno
tan temido por tus ramas.
Tan elevada es tu estatura,
mis brazos
no alcanzan tu rodeo,
los pies
se deslizan, resbalan
tierra y polvo, musgo y liquen,
en caída
hasta tu pedestal rabioso en raíces cincelado.
Y allí quedo
hospedada,
de barro mi cuerpo tullido,
enroscado en un puente
roto
que ruborizado escapa de tu sombra.
Ciprés...
tus hojas,
relojes del aire,
crepitan sagradas
un canto.
Mis dedos no llegan a la rugosa piel de savia,
no te tocan, no señalan...
Árbol de cima en nubes,
no te alcanza mi corazón de agua.
Comentarios
celebro la llegada de esta princesa a nuestro sitial
Lastima que ella ya no está, para qué responder al que no puede escucharte...
Entré a tu blog " La hora del lobo", me pareció una propuesta muy original. La abandonaste?
Chau